Nuestros actos siempre están conducidos por la fatalidad del ser humano: él es el infinito proyecto de sí mismo, por encima de sí se sobrevuela. La deforestación, la agricultura, la explosión demográfica, la industrialización, la subyugación del universo que el hombre escribió en la Biblia para justificarse, la experimentación con animales, que constituye el mayor exterminio de especies, y la crueldad llevada a niveles más allá de psicóticos para los que no se encuentran adjetivos. Todo eso define nuestro paso por el planeta. Hay poco en el haber, todo en el deber.
LOS OJOS AMARILLOS DEL MIRLO
15.00€Decía Juan Ramón Jiménez en su libro Jardines lejanos (1904) que «para sentir los dolores / de las tardes, es preciso / tener en el corazón / fragilidades de lirio». El poeta de Moguer, además de andaluz universal, fue un…